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No + trata nace para generar concienciación en la sociedad sobre el gran problema que supone la trata con fines de explotación sexual y el intenso sufrimiento que inflige a las personas que están sometidas.

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Trata, prostitución, pornografía: violencia contra las mujeres

Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres

El 25 de noviembre es el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y desde NO+TRATA, iniciativa de la Asociación Nueva Vida, aprovechamos para denunciar la violencia que se ejerce sobre las mujeres en todo el mundo y reclamar políticas para su erradicación.

La violencia de género es una de las vulneraciones de los derechos humanos más consentida y encubierta a lo largo de la historia. Tiene su origen en la desigualdad, el abuso de poder y la existencia de normas sociales de género.

El término se utiliza para resaltar que las diferencias estructurales de poder basadas en el género colocan a las mujeres y niñas en situación de desigualdad en todas las esferas de la vida y en situación de riesgo frente a múltiples formas de violencia. Esta violencia puede ser verbal, física, económica, psicológica, emocional o sexual. Igualmente, las diferentes formas de violencia se interrelacionan y muchas mujeres y niñas sufren diversas formas de violencia de manera simultánea y/o a lo largo de su vida.

La trata con fines de explotación sexual también es una forma de violencia de género. La desigualdad y la violencia contra las mujeres son, a la vez, razón y consecuencia de la trata. Además, la trata con fines de explotación sexual tiene una incidencia desproporcionada en mujeres y niñas.

Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2022, 6.3 millones de personas se encuentran en situación de explotación sexual.De ellos, 1.7 millones son menores. Es decir, aproximadamente el 25% de todas las personas explotadas sexualmente en el mundo. De esos 6.3 millones en situación de esclavitud sexual, 4 de cada 5 son mujeres o niñas.

Desde la Asociación Nueva Vida queremos aportar nuestra reflexión y resaltar que, la prostitución, contexto en el que se produce la trata con fines de explotación sexual, reproduce la subordinación de las mujeres ya que son ellas quienes son prostituidas y los hombres quienes actúan como demandantes o consumidores.

La prostitución reproduce estructuras desiguales de poder y es, por tanto, contraria a la igualdad entre hombres y mujeres.

En el ámbito de la prostitución convergen distintas violencias y los avances en igualdad y liberación sexual no han logrado frenar el emergente negocio. La cartografía de la prostitución en España refleja un fenómeno generalizado, complejo y normalizado socialmente.

La Asociación Nueva Vida lleva más de 25 años acompañando y facilitando una salida a las mujeres y menores que han sufrido la trata en España o que se encuentran en contextos de prostitución.

Desde nuestro trabajo en intervención advertimos, y somos conscientes de que la violencia contra las mujeres, que incluye la feminización de la pobreza, la desigualdad en el acceso a educación, la discriminación en el acceso al mercado laboral, así como la falta de corresponsabilidad en los cuidados, es causa estructural de la trata de mujeres y niñas.

La prostitución en sí misma tiene graves consecuencias para la salud de las mujeres. Las violencias ejercidas por los consumidores afectan a la salud física y psicológica de las mujeres, con especial incidencia en su salud sexual y reproductiva.

La prostitución nada tiene que ver con la satisfacción sexual masculina, sino con el fortalecimiento de su masculinidad a partir de la devaluación de las mujeres, convirtiéndolas en una mera mercancía intercambiable y en un objeto de consumo. Además, fortalece una sexualidad donde la ausencia de deseo femenino es el eje.

La realidad de las mujeres que se encuentran en situación de prostitución y de aquellas que aparecen en la pornografía es similar, ya que ambos casos se relacionan. La línea que separa ambas realidades es cada vez más sutil.

Como sabemos, la pornografía a través de servicios webcam crea una nueva forma de prostitución. Los sitios web de porno también obtienen ganancias a través de anuncios de “escorts”, entre otros. Además, los hombres que consumen pornografía tienen más probabilidades de comprar sexo y, los compradores de sexo desean recrear lo que han visto en pornografía con mujeres en prostitución.

La pornografía, por su parte, también tiene un componente delictivo ya que, en este negocio, no hay forma de garantizar que el contenido sea realmente consentido, ético o incluso legal. El porno “ético” representa el 0,001% del total de contenido pornográfico presente en internet (Fuente: Dale Una Vuelta). Encontramos gran cantidad de videos en los que las chicas son menores de edad y/o víctimas de trata sexual. Y no, no hay forma de que el espectador pueda detectarlo. Las mayores plataformas han sido denunciadas varias veces por beneficiarse de vídeos de violaciones, videos no consensuados o de abuso infantil.

En conclusión, internet está creando nuevas oportunidades para la trata de mujeres y menores y para conectar a las víctimas con los abusadores.

Existe una clara interrelación entre prostitución, pornografía y trata de mujeres con fines de explotación sexual ya que en todas ellas existe un gran componente de género e implica violaciones de la dignidad humana contrarias a los principios de los derechos humanos, entre ellos la igualdad entre hombres y mujeres.

Queremos aprovechar este día para recordar la obligación de los Estados de adoptar todas las medidas apropiadas, incluso de carácter legislativo, para suprimir todas las formas de violencia contra las mujeres. Es fundamental incrementar la colaboración de las instituciones los Estados para que prioricen la necesidad de emprender entablar acciones legales contra los autores de actos de violencia y coerción relacionados con la prostitución y la pornografía. Además, debemos realizar esfuerzos sociales activos para ayudar y apoyar a las mujeres a salir de este tipo de situaciones.

Con la inacción y el ‘mirar hacia otro lado’ seguiremos siendo cómplices. Necesitamos compromiso y actuación frente a cualquier forma de violencia contra las mujeres.